PUBLICACIÓN 20: ENCONTRANDO SALUD SIN PASTILLAS NI BREBAJES

Los seres humanos de nuestro tiempo estamos acostumbrados que para sanarnos de una enfermedad necesitamos tomar medicamentos farmacológicos o naturales; sin embargo, debemos conocer que existen otras formas de encontrar salud que no implican tomar ningún medicamento. Ciertamente, cuando el cuerpo enferma debido a una carencia nutricional de un elemento, la mejor terapia consiste en administrarle ese nutriente que le está faltando a la persona. En forma similar, cuando se ha producido un bloqueo de las vías biliares, la mejor opción puede ser una intervención quirúrgica que remueva esa obstrucción. En estos dos casos los mecanismos usados para restaurar la salud son lógicos, y el usar otros mecanismos de sanidad podrían ser considerados no óptimos. Asimismo, cuando una enfermedad comienza en la esfera espiritual, y esta afectación espiritual ha permanecido el tiempo suficiente como para afectar también al cuerpo con la aparición de molestias, dolores, o mal funcionamiento de distintos órganos  (debido a las alteraciones del Sistema Nervioso, de los neurotransmisores, de las hormonas y hasta los sistemas que controlan el funcionamiento del ADN), lo óptimo y lógico en estos casos es el uso de herramientas espirituales para corregir y restaurar el problema desde su raíz. En este caso el uso de fármacos, brebajes naturales u otros medios físicos o químicos no son los más adecuados porque no curan el problema espiritual, sino que mejoran solamente la expresión de los síntomas, haciéndole sentir mejor al paciente, mientras que la causa de fondo continúa inalterada. Por esta razón, el uso de medicamentos para las heridas del alma y otros problemas espirituales puede resultar en un consumo prolongado de ellos, muchas veces de por vida; lo que constituye un muy buen negocio para la industria farmacéutica.

Es muy bien reconocido que el estrés es algo muy común en nuestras vidas. Nosotros podemos experimentar estrés desde antes de nacer hasta el fin de nuestras vidas. El estrés se manifiesta en la falta de paz. Una persona estresada no tiene la tranquilidad necesaria y esto le lleva a enfermar. El estrés prolongado se relaciona con los cuadros clínicos de ansiedad, depresión, estrés postraumático, y otros. El estrés es un fenómeno que no va a faltar en nuestra vida. Jesús ya nos anunció que en este mundo tendríamos aflicción (Juan 16:33). La ciencia considera que el estrés tiene un efecto acumulativo a lo largo de la vida (Toussaint et al., 2016) Por esta razón, si queremos tener paz es imprescindible que nosotros aprendamos a vencer el estrés.

El estrés es un verdadero problema para nuestra salud. El estrés tiene que ver con sentimientos desagradables no resueltos adecuadamente: El resentimiento, odio, celos, venganza, ira, sentimiento de culpa, y más, que nos llevan a enfermar. El estrés no solamente afecta nuestra paz, sino que causa una alteración en el sistema hormonal y cambios en los neuroquímicos cerebrales. Esto causa una serie de alteraciones funcionales tanto en el sistema nervioso como en otros sistemas del cuerpo, pero puede llegar a producir afectación física del cuerpo, incluyendo una atrofia de la corteza frontal y atrofia una zona del cerebro llamada hipocampo (Goh, 2010; Zegarra, 2019). Un estudio  científico  demuestra que cuando los pacientes experimentan ira, desarrollan contracción de las arterias coronarias (Waltman et al., 2009), esto es de las arterias que nutren al corazón y por lo tanto una disminución en la oxigenación del corazón. Esto podría llevar a un preinfarto o infarto del miocardio en algunas personas. Los pacientes que sufren de Fibromialgias y de Fatiga crónica experimentan depresión, ira, estrés y miedo. El Estrés Postraumático es otra condición muy penosa que resulta de una exposición a un trauma severo que representó una amenaza a la vida o a la integridad de una persona como sucede en una guerra, en agresiones sexuales, agresiones físicas, torturas, accidentes, desastres naturales y más. Estos pacientes sufren mucho y con ellos sus familias.

Los métodos tradicionales de la psicología para resolver el estrés son variados: Enfoque psicoeducativo, terapia cognitivo conductual, hipnosis, terapia de grupo, terapia familiar, técnicas de relajación, y más; pero, no se logran resultados satisfactorios.

El método espiritual de eliminar el estrés y recuperar la paz, según la Biblia, requiere que nosotros busquemos la paz activamente (Salmos 34:14). La paz interior recuperamos cuando perdonamos y nos mantenemos en el amor fraternal con nuestros semejantes. El perdón es de dos vías: perdonar a otros por sus ofensas y pedir perdón por nuestras faltas a otras personas. Todos cometemos ofensas a otras personas. Todos debemos perdonar un ilimitado número de veces y asimismo pedir perdón por nuestras faltas. El perdón debe ser utilizado durante toda nuestra vida consciente. De acuerdo con la Biblia, el perdón es tan importante para nuestra alma que si no perdonamos a los demás, no recibiremos el perdón de Dios por nuestras faltas (Mateo 6:14-15), y por tanto no podremos estar en el reino de Dios.

En los últimos años se han publicado estudios científicos sobre los efectos del perdón en la salud. En el estudio de Offenbaecher et al. (2013) con pacientes que sufren de fibromialgia se vio que el 38% de ellos sentían la necesidad de ser perdonados y cerca del 50% consideraron que debían perdonar a alguien de su pasado. La falta de perdón en cualquiera de sus vías trae como consecuencia la falta de paz, y esto, a más del daño a la salud física, representa una prisión intangible de la que no se puede salir. El perdón ha sido proclamado por el cristianismo como la solución a estos problemas. Necesitamos ser perdonados y necesitamos perdonar. El perdón es liberador y restaurador de los problemas del alma-espíritu. Nos conviene a nosotros el perdonar a los demás, aunque los ofensores no lo merezcan. En el estudio de Waltman et al., ya mencionado, se vio que las personas que siguieron la terapia del perdón redujeron significativamente el problema con sus arterias coronarias; en el estudio de Lin, et al. (2004), los pacientes que participaron de la terapia de perdón mejoraron sustancialmente el control de la ira; en otro estudio (Reed, 2006) los pacientes que siguieron la terapia del perdón controlaron la ira originada por el abuso de los cónyuges de una forma mucho mejor que las terapias tradicionales de control de la ira. Toussaint et al. (2016) dicen que el perdón es la forma más saludable de mejorar muchos problemas de la mente incluyendo problemas psiquiátricos mayores.

En conclusión, el perdón que es la mejor forma de solucionar muchos problemas del alma (problemas psicológicos). La psicología por años ha tratado varios métodos para mejorar estos problemas, pero han tenido resultados limitados. Con el perdón se logran mejores resultados.

Le comparto este conocimiento para que usted llegue a ser verdaderamente sano por siempre.

Referencias Bibliográficas.

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