Publicación 14: EL AMOR: SUS EFECTOS EN LA BIOLOGÍA Y MÁS

El amor es un sentimiento anhelado y deseado por todos. El amor nos hace sentir muy bien y nos da la fuerza que requerimos para vencer esos momentos críticos de la vida. El amor no hace daño a nadie; es muy importante para la buena salud personal y es indispensable para la salud de una sociedad, en general. El amor es una necesidad en nuestras vidas; pues, todos necesitamos sentirnos amados. Pero, el amor no debe provenir de demandar a los demás que nos amen, sino que debe ser el resultado espontáneo y recíproco a nuestras manifestaciones de amor hacia las otras personas.

El idioma español no puede describir adecuadamente el amor ya que dispone de una sola palabra para tratar de describir las varias clases de amor que existe: el amor natural que es el amor que se desarrolla en forma espontánea hacia nuestros padres, hermanos, abuelos, etc., el amor de pareja o erótico, el amor fraternal entre amigos o personas muy apreciadas, y el amor incondicional o amor ágape, que es una característica del amor de Dios.

 

La mejor descripción de lo que es el amor lo encontramos en 1 Corintios 13:4-8 que dice: “El amor es sufrido, es benigno, el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad, todo lo sufre, todo lo cree, todo lo soporta, el amor nunca deja de ser…”. Quiero parafrasear esta descripción para  resaltar sus componentes:  En el amor no es todo felicidad, sino que es sufrido. El amor es bueno y solamente hace el bien; nada malo surge del amor ni nos lleva a hacer cosas indebidas; no tiene nada en común con el  egoísmo, el enfado, ni tiene que ver  con el rencor, la envidia, el orgullo, la mentira o la injusticia, sino que ama la verdad. El amor no busca satisfacer nuestras propias necesidades, sino que busca el interés de la persona amada. El amor soporta todo contratiempo. El amor nunca se acaba.

La neurobiología ha comenzado a entender los mecanismos íntimos que intervienen en el cerebro cuando existe amor. Pero, desde mi punto de vista, las sustancias químicas que se producen en el cerebro no causan que sintamos amor, sino que es el resultado biológico que ocurre cuando nuestra alma está experimentando este sentimiento. Aunque la neurobiología apenas está empezando a entender los mecanismos biológicos del amor ya podemos ver coincidencias con lo que la Biblia manifiesta sobre el amor.

Por medio de la Biblia sabíamos que el amor es el antídoto para el temor. 1 Juan 4:18 dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…” Ahora conocemos que cuando una persona mira fotos de su cónyuge u otro estímulo relacionado con el amor se produce una inhibición de una zona interna del cerebro llamada amígdala, que es la que siempre se activa en momentos de miedo.

 

AMOR FILIAL O NATURAL

El amor maternal y paternal es evidente desde antes que nazca un ser humano. Se dan distintas manifestaciones de amor a ese ser no nacido y más aún luego que ha nacido. Esas manifestaciones de amor que siente un recién nacido estimula al bebé a formar un factor de crecimiento neuronal que favorece el desarrollo adecuado de su sistema nervioso. Los niños que crecen sin el amor maternal no tienen el mismo desarrollo del sistema nervioso de los que sí lo recibieron. Este hecho tiene profundas consecuencias en la vida futura de esos niños.

El amor maternal hace que en el cerebro de la madre se estimulen ciertas regiones selectivas, especialmente aquellas que al ser estimuladas producen unos sustancias químicas que se originan en las neuronas. Los neuroquímicos más importantes que actúan regulando la función cerebral en este tipo de amor son la vasopresina y la oxitocina.

Cuando la madre siente amor por su hijo o hija, se activan las zonas cerebrales que producen oxitocina, vasopresina. Las dos actúan en conjunto y en forma predeterminada para estimular fuertemente las zonas de reconocimiento facial de los niños. Por esta razón la madre puede reconocer antes que otras personas cuando su niño  o niña no está bien.

A su vez, por mecanismos internos bloquean la actividad de región frontal del cerebro, que es la encargada del razonamiento y la generación de juicios. Por este bloqueo de la corteza cerebral  de los lóbulos frontales las madres tienden a perder la objetividad sobre las malas conductas de sus hijos y toleran esas acciones. Por medio de estas modulaciones de la actividad cerebral se consigue la unidad duradera entre la madre y sus hijos.

 

EL AMOR ROMÁNTICO O EROS

El cerebro humano reacciona positivamente ante imágenes de belleza, con la producción de la oxitocina y la vasopresina. Cuando estos dos neurotransmisores actúan en el contexto de una relación entre un hombre y una mujer, llegan a estimular el hipotálamo, el mismo que produce dopamina. La dopamina genera una sensación de placer y nos hace sentir bien; por eso, en el enamoramiento hay un deseo de estar el mayor tiempo posible con la persona amada. También se produce dopamina durante el deseo sexual y durante el coito.

En el amor eros se presenta un agotamiento de las moléculas de serotonina, en el mismo nivel de lo que sucede en las personas que sufren trastornos obsesivo-compulsivos, de manera que se bloquea el funcionamiento de los lóbulos frontales, que son los que razonan y nos permite valorar o hacer juicios. Por esta razón, en el amor eros nos obsesionamos con la persona amada y, ese amor es ciego y no entiende razones. El deseo sexual y la eyaculación también bloquean el funcionamiento de los lóbulos frontales. Por esta razón, si la estimulación de la dopamina se realiza en el contexto de una relación extramatrimonial, el bloqueo de los lóbulos frontales puede hacer que la persona se arrepienta de lo hecho cuando esté en un estado de ánimo más sobrio. La Biblia ya lo declaraba en Oseas 4:11 que la fornicación, el vino y el mosto quitan el juicio.

 

EL AMOR FRATERNAL

Los seres humanos necesitamos vivir en grupos formando sociedades y nuestra relación con los vecinos o amigos despiertan también la estimulación de estos neuroquímicos lo que nos lleva a mantener lazos de unión afectiva entre los conciudadanos.

El hipotálamo, la zona del sistema nervioso que está relacionada con la sensación de placer, también se estimula cuando se establecen nuevas relaciones. Debemos saber también que el consumo de cocaína también estimula la producción de dopamina y por lo tanto esa sensación de placer. Curiosamente, en la expresión del amor maternal no existe la estimulación del hipotálamo.

En los distintos tipos de amor estimulan varias zonas cerebrales, algunas de las cuales pueden ser comunes, pero otras son específicas para un tipo de amor. Por ejemplo, las zonas activadas en el amor maternal no son idénticas a las activadas en el amor de pareja. El hipotálamo se estimula en el amor de pareja y no en las manifestaciones de amor maternal.

Algo común para todos los tipos de amor es que lleva implícito un deseo de estar unidos: la unión familiar, la confraternidad con los vecinos o amigos, y en el amor romántico el deseo de estar juntos por el mayor tiempo posible con la persona amada es característico, y ese deseo de estar juntos o unidos llega a su clímax en la pareja durante el acto sexual que es la expresión máxima de unidad en este tipo de amor.

 

EL AMOR INCONDICIONAL O ÁGAPE

La Biblia nos enseña que Dios es amor. Dios ama al ser humano de una forma tan intensa que mandó a morir a su Hijo Jesucristo como pago de nuestros pecados para que nosotros pudiéramos tener acceso a la vida eterna. El Padre le resucitó a su Hijo, luego que Jesús pagó el castigo por nuestras faltas. Ahora Jesús está en el cielo. Dios Padre ama a su Hijo Jesucristo con intensidad y viceversa; esto hace que el Hijo esté en el Padre y el Padre en el Hijo (Juan 14:10). Jesús nos ama tanto a los seres humanos y quiere que tengamos una íntima comunión con él y con el Padre. Esto lo expresa Juan 14:20 cuando dice: “En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros”.

Dios le ama a usted amigo lector y quiere mantener una unión común (comunión) entre usted, Jesús y el Padre. Venga a Jesús de corazón y encuentre la vida eterna; pues, Jesús dijo: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí” (Juan 14:6).

 

Le comparto este conocimiento para que usted llegue a ser verdaderamente sano por siempre.

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