Publicación 13: LA CALIDAD DE VIDA Y SALUD SON REFLEJO DE SUS RELACIONES.
Los seres humanos estamos hechos de cuerpo, alma y espíritu, y cada uno de estos tiene sus relaciones específicas. El cuerpo se relaciona con el medioambiente, el alma se relaciona con otros seres humanos y el espíritu humano está para relacionarse con Dios y ser partícipes del mundo espiritual. Estos tres elementos son importantes y los tres son interdependientes; de manera que si uno de estos componentes enferma todo el cuerpo se afecta.
El cuerpo de los seres humanos toma elementos del medioambiente, los integra como parte del cuerpo; por otro lado, el cuerpo elimina desechos al medioambiente. Es decir que el cuerpo humano mantiene una constante relación con su medioambiente. Para mantenernos saludables necesitamos cuidar nuestra relación con el medioambiente, procurando no contaminarlo. Si su medioambiente tiene contaminantes, tarde o temprano esos contaminantes ingresarán a su cuerpo y generarán enfermedad. Si usted cuida su medioambiente y se relaciona con él de forma adecuada, entonces su medioambiente es un gran apoyo para su buena salud. Por el contrario, si usted no toma los elementos adecuados o hay contaminantes en el medioambiente entonces usted más temprano que tarde va a enfermar.
De otra parte, los seres humanos somos seres sociales, esto significa que lo natural para nosotros es vivir en grupos humanos y no en soledad. Cuando vivimos en una sociedad es natural que un individuo interactúe con otros miembros del grupo humano; es decir, se relaciona con otras personas. El alma es nuestro componente diseñado por Dios para mantener las relaciones entre seres humanos. Nosotros nos relacionamos con otros seres humanos por medio de nuestra alma. Pero debo hacer notorio que el alma de los seres humanos es muy sensible y fácilmente se siente lastimada por palabras, acciones o falta de acciones de los demás. El alma tiene conexión con el cuerpo y nosotros podemos, a través del cuerpo y de sus expresiones, observar lo que sucede en el alma de otras personas; Por ejemplo, podemos ver signos de angustia, tristeza, ira, alegría, etc., en el rostro, en los ojos, en las posiciones adoptadas, en la forma de expresarse, etc. El alma no solamente se conecta con la parte expresiva del ser humano sino que también tiene un efecto en mecanismos metabólicos, por lo que estas emociones van asociadas a la salud o a la enfermedad.
Lo que conocemos como calidad de vida depende en forma muy importante de la forma en que nuestra alma procesa sus emociones, sentimientos, y otros aspectos propios del alma. Con esto quiero decir que una emoción negativa puede ser modulada o modificada para tornarse en un aspecto inofensivo. Para lograr esto, requerimos acudir a instancias superiores del alma que modifiquen nuestra percepción de una emoción inicial y esto cambia nuestra afectación ante ellas, como ya he indicado en alguna publicación anterior.
La otra parte que nos constituye es el espíritu humano y este es el constituyente de nuestro ser diseñado para relacionarnos con Dios y con la esfera espiritual. El espíritu humano tiene una conexión directa con el alma y es capaz de modificar las emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes y más, de una persona. El espíritu tiene la capacidad de modular poderosamente nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, actitudes, conductas, etc.
Lo hermoso de mantener una relación con Dios, a través del Espíritu de Dios, es que Dios puede manifestar su poder a través de nuestro espíritu y cambiar poderosamente nuestras emociones, sentimientos, pensamientos, anhelos, actitudes, conductas, etc., a favor nuestro, en favor de nuestro bienestar, es decir, en favor de nuestra salud. Cuando nuestro espíritu se mantiene conectado con el Espíritu de Dios, éste actúa en nosotros y es capaz de transformar una depresión en gozo. Así nos dice la Biblia en Salmos 30:11: “Has cambiado mi lamento en baile”.
Por el contrario si el espíritu humano no se conecta con Dios, entonces todas nuestras emociones, sentimientos, actitudes y conductas se encuentran influenciadas por la esfera espiritual opuesta a Dios cuyas manifestaciones visibles esperadas, según la Biblia, son: injusticia, engaño, mentira, celos, orgullo, fornicación, adulterio, lascivia, inmundicia, perversión sexual, maldad y otras similares. Todas estas manifestaciones tarde o temprano son motivos de falta de paz y pérdida del sentido de bienestar interno, lo que nos lleva a perder el equilibrio funcional y nos causa enfermedad.
Una persona que ha enfermado debe procurar encontrar la relación que está fallando y procurar corregir lo antes posible. Si actuamos prontamente, el revertir hacia la salud es mucho más fácil que si dejamos deteriorar nuestras relaciones.
Puede que su relación con el medioambiente no sea lo suficientemente correcta; no consume variedad de nutrientes o el agua o el aire están contaminados. Puede ser que mantiene resentimientos, rencor o temores y esa fuera la causa de la enfermedad; o pudiera ser que no mantiene una relación con Dios y le hace falta esa fuerza superior para neutralizar las emociones, sentimientos o conductas negativas a su favor y lograr ese sentido de completo bienestar que es característico de la buena salud.
Las familias felices son los que mantienen buenas relaciones entre sus miembros. Cuando las relaciones entre los miembros de la familia se deterioran sobreviene tristeza, preocupación, ira, depresión, angustia y otras manifestaciones que nos avisan del mal estado de sus relaciones y son causa de lo que llamamos enfermedades mentales (aunque en realidad son enfermedades del alma). Muchas personas con “éxito” como dinero, posesiones, prestigio, fama se sienten vacíos en su alma y terminan suicidándose. Esto no es otra cosa que la ausencia de Dios en su vida.
No es que a una persona que está conectada con Dios no le vienen problemas o no experimentan temores, ansiedades, ira u otras emociones negativas, sino que a través del Espíritu de Dios conectado a nuestro espíritu tenemos una mayor facilidad de neutralizarlos lo que nos permite no perder el gozo que hemos alcanzado.
Mantenga buenas relaciones en todos los ámbitos porque la calidad de vida y el estado de salud son el reflejo de sus relaciones.
Le comparto este conocimiento para que usted llegue a ser verdaderamente sano por siempre.